Facebook Like Box

Golpe sobre los dientes infantiles: Conducta a seguir

Trauma sobre los dientes de mi hija. El día después. Una historia personal.

Si estás consultando esta página es porqué un niño ha recibido un golpe sobre los dientes de leche. Llévalo de inmediato al dentista para que evalué la situación, y realice los procedimientos profesionales indicados. Luego vuelve y completa la lectura, por eso hemos llamado a este tema "el día después". Esta es una historia rigurosamente cierta, he mantenido en ella hasta los nombres de los protagonistas, sin modificación, todo pasó tal cual se cuenta.

Este tema lo dedico a mi hija Yasmina, que perdió un diente de leche a los cuatro años, y que se fracturó el sustituto permanente, apenas salió, pero es una excelente patinadora.... Hoy camino del Cole me autorizo a publicar sus fotos en la Web,—como dijo, para ayudar a los demás a no preocuparse demasiado. La secuencia de fotos es la de la historia documentada de Yas, esperamos ayude a tranquilizar a los que se vean en iguales circunstancias que nuestra familia.

La fotos 1. Primer golpe sobre los dientes, cuatro semanas después apareció un ligero tono azul gris. Foto 2. Semanas después, y tras varios episodios inflamatorios, no queda otra opción que extraer el incisivo derecho. En la foto se ve el tejido granulomatoso residual a la infección como un bultito rojo. Foto 3. Dos meses después de la extracción se ve la encía gruesa y fibrosa.



Foto 4. Se muda de forma normal el incisivo central izquierdo, y se hacen evidentes las coronas de los dos incisivos centrales tras la mucosa como dos bultitos bien definidos. Foto 5. Se observa que el central izquierdo, que se mudó de forma normal ha erupcionado mientras que el derecho permanece dentro de la encía. Foto 6. Se realiza la incisión sobre la mucosa, se observa el borde incisal del diente.



Foto 7. Pasadas dos semanas el incisivo central derecho empieza a emerger a través del ojal quirúrgico que hemos realizado en la encía. Foto 8. Muestra seis meses después que la erupción de los dientes del sector anterior ha completado la erupción. 

La mala noticia sobre el trauma sobre los dientes temporales.

Aprender a caminar es uno de los más tiernos, bellos y complejos actos de aprendizaje a los que se enfrenta un niño. Desde que se empieza a parar tiene que ir desafiando dificultades y recibiendo diversos tipos de traumatismos, ese es el peaje para descubrir al mundo que nos rodea. Dentro de los traumatismos más frecuentes está el de los dientes superiores debido a que se colocan hacia afuera (sobresalen de 3 a 4 mm de los inferiores). Los dientes inferiores la pasan mejor, son más listos, y se esconden detrás de los superiores. Por ello no es raro ver a los niños pequeños con dientes de leche negros u oscuros. Se estima que alrededor del 30 % de los niños reciben algún tipo de traumatismo en los incisivos superiores.

Para la etapa de los primeros pasos ya los dientes de leche están listos para encantar a los padres, y recibir los primeros porrazos en casa con los bordes de las cunas, cómodas, mesas de café, juguetes, etc. Luego le toca al Colegio, con las mesitas bajitas de las aulas, las riñas, y los cabezazos de los compañeros, los lápices entre los dientes, etc. Para enfrentar todo esto con lo único que cuenta esa frágil criatura es con la flexibilidad de los huesos recién formados y menos calcificados, que como las ramitas de los árboles muy verdes ceden con el soplo del viento para no quebrarse. Sólo que el canto duro de un mueble se parece poco al aire, y la alternativa de adaptación de la pequeña boca es más complicada que la de la rama verde. 

La mayor parte de los traumatismos se compensan con pequeños movimientos en el alvéolo en lugar de fracturarse el dientecito o desplazarse. Lo habitual es que aumente la movilidad del diente en el alvéolo, y unos días después se vuelva a fijar como estaba antes. Pero esto no siempre es así, y muchas veces se producen lesiones del diente, o lo peor  del diente y el hueso. El daño puede ser causado por un golpe directo a los dientes, o por el impacto de la mandíbula contra el maxilar cuando el golpe se produce sobre está. Por lo general son pequeños desplazamientos sin consecuencias clínicas importantes, en los casos de traumatismos de mucha energía el aflojamiento o desplazamiento es la lesión más común de los dientes de leche. Aunque claro está hay diferentes tipos de luxaciones y gravedad de las mismas, dentro de ellas la llamada luxación intrusiva, que es el desplazamiento del diente dentro del alvéolo, a veces parece que han desaparecido. Ante cualquiera de estas circunstancias debe acudirse de inmediato al dentista para que realice la evaluación y tratamiento de urgencia. 

Siempre hay que esperar que se produzcan los traumatismos a repetición, son como un martillar constante sobre los dientes, que va complicando gradualmente la permanencia de un diente afectado en la boca. Un golpe episódico por regla general se tolera, y supera bien, lo que conduce a la pérdida del dientecito la mayoría de las veces es la reiteración de traumatismos sobre dientes, que ya tienen algún grado de lesión, y esto es casi siempre la regla. 

La presunción que los dientes de leche pueden perderse porque tienen sustitutos es una idea equivocada. Los dientes temporales deben completar su etapa en la boca, y son importantes desde el punto de vista de la funcionalidad, la estética inmediata y la dicción de algunos fonemas. Todo ello nos lleva a la pregunta, de hasta dónde pueden ser los dientes temporales importantes en las primeras etapas de la vida, y en el desarrollo de la personalidad. Yo no sé cómo responder esa pregunta, pero el sentido común me indica que es imperioso el cuidado de los dientes de leche, y no pueden verse como un objeto sustituible.

 Existen diferencias entre las formas de tratar los traumatismos de los dientes de leche y de los permanentes. Por ejemplo, un diente permanente que ha perdido la vitalidad a consecuencia de un trauma debe incluir necesariamente en su tratamiento la endodoncia, o lo más espectacular reinsertarlo en el alvéolo cuando se ha expulsado. Los dientes temporales por lo general no se endodoncian, a lo que más se llega es a limpiar la cámara pulpar, y algo del conducto radicular y colocar un material reabsorbible. Si se desalojan del alvéolo, a diferencia de los permanentes, nunca debe intentarse reinsertarlos entre otras razones, por el riesgo de dañar el folículo del permanente. Si los dientes primarios se pierden antes de tiempo, muchas veces el diente permanente se retrasará en su erupción.

 

¿Qué hacer ante un traumatismo en un diente de leche?

Si la fractura es mínima y sólo se ha roto un pedazo de la corona, generalmente, el borde incisal, lo que hay que hacer es suavizar las aristas y pulir las irregularidades del esmalte. Cuando la fractura es susceptible de restaurar, y la edad del niño lo permite, se pueden hacer reconstrucciones con resinas estéticas de los bordes o superficies deterioradas. Si la fractura implica un área extensa de la corona debe tenerse en cuenta, que si hay muerte de la pulpa, los procedimientos restaurativos pueden complicar la situación más que resolverla.

 Por lo general después de dos o tres semanas de un traumatismo el diente se pone oscuro, esto no siempre es proporcional a la magnitud del golpe, ni tampoco es un indicativo exacto de la gravedad de la lesión. Semanas después del trauma es posible que se observen signos de recuperación, y no aparezcan más problemas.

 Los dientes de leche tienen un amplio foramen apical, por donde entran los vasos sanguíneos, que no siempre son cercenados completamente al moverse la raíz durante los traumatismos, en estos casos es donde se produce la recuperación. El color oscuro indica que el suministro de sangre de la pulpa dental está afectado, y que se han producido micro hemorragias en la cámara pulpar, esta salida de células rojas al romperse los vasos dentro del tejido pulpar libera hemoglobina, la cual provoca los cambio de coloración. No necesariamente se tiene que producir la muerte pulpar, a diferencia de los dientes permanentes donde el cambio de coloración, indica siempre que la pulpa ha muerto y que es necesaria la endodoncia.

 En los casos que se presenten episodios sépticos con inflamación y dolor el diente debe ser extraído, tanto para evitar las infecciones a repetición, como para preservar la salud del folículo del permanente que está debajo del temporal. Cuando no se producen nuevos traumatismos los dientes de leche suelen recuperarse después de varias semanas y retornan los colores normales. Se realiza una especie de cicatriz en el interior del diente. Si esto sucede, entonces el diente va bien. Muchas veces el diente no se aclara y se queda oscuro. ¿Qué hacer? Si el diente se ha puesto oscuro y no hay otros signos de infección o lesión, sólo observación. Muchas veces se logra llegar al recambio sin necesidad de extraerlo.

En algunos casos el diente presenta abscesos a repetición debido a la gangrena de la pulpa muerta. Las células de las defensa inflamatoria no pueden entrar en una pulpa carente de vasos sanguíneos. En estos casos hay que hacer la extracción, pues los episodios de infección aguda tienen el peligro potencial de producir émbolos sépticos que pueden alojar bacterias en las válvulas cardíacas, o lesionar la corona del permanente que está debajo. 

Ya he dado la mala noticia, ahora voy con la buena.

La pérdida prematura de los dientes de leche anteriores normalmente no causa problemas de mal oclusión, ni trastornos del desarrollo de los maxilares. No es necesario colocar mantenedores de espacio para que no se modifique el espacio de los permanentes. En otras palabras, a largo plazo la pérdida temprana de un molar primario es más grave que la de un incisivo, y en los casos de los molares primarios, si es necesario colocar los mantenedores de espacio para prevenir problemas de mala oclusión dental, y estos molares recordemos se pierden generalmente por caries cuyo control es posible a diferencia de los traumatismos, y pueden evitarse con hábitos correctos de ingestión de dulces, cepillado, aplicación de fluoruros, etc.  

Un chupete mantenido más allá de los primeros meses le hace más daño al desarrollo de los maxilares y la oclusión dental que la pérdida de los incisivos, y esto sí está en manos de los padres evitar. Los golpes en los incisivos son parte de la sal de la vida, controlar el consumo de los dulces pegajosos y los chupetes, en cambio sí es responsabilidad de los padres. Así de simple es el asunto.

 Si varios dientes anteriores se pierden prematuramente, y la apariencia del niño es motivo de preocupación para los padres se pueden colocar prótesis. Pero mucho cuidado con estos procedimientos heroicos porque los niños pequeños suelen ser incapaces de comprender las razones del uso de prótesis, y no van a ponérselas. Afortunadamente, porque es como empezar la infancia con las cosas de los abuelos, y puede ser psicológicamente más traumático colocarle una prótesis que la falta de los dientes.

 La complicación más frecuente de la pérdida temprana de los incisivos es la demora en el brote de los permanentes, (sobre todo cuando los familiares están muy ansiosos porque salgan). No sé porque siempre demoran más en erupcionar los incisivos de los niños de las familias que piensan que sus descendientes son los más guapos del mundo, (al menos ese es mi caso) por lo que hay que estar muy vigilantes por si fuera necesaria la intervención profesional. Cuando el dentista comprueba que el diente permanente ha pasado el nivel de la superficie del hueso, puede llevarse a cabo la apertura de un ojal en la mucosa para que el diente emerja más rápidamente. 

 El asunto es que al perderse el temporal, y cicatrizar la encia se forma una barrera de tejido fibroso sobre la superficie incisal, que a la corona del permanente le resulta muy difícil de perforar. Con el objetivo de liberar el camino para que el diente pueda salir, y ocupar su posición en el arco, el dentista realiza un procedimiento que consiste en la retirada del tejido fibroso, que es algo parecido a realizar un ojal en la mucosa alrededor del borde incisal del diente (operculectomía).

 El ojal quirúrgico, upercolectomía, o ulectomía es una maniobra muy simple, que suele ir muy bien. En mi experiencia personal con una incisión mínima es suficiente, (siempre lo hago de esta forma) sin tener que hacer tal ojal. Cuando las bacterias de la flora bucal entran en contacto con el diente se estimulan los mecanismos de erupción, y en cuestión de tres a cuatro semanas, ya hay medio diente enseñando la cara, y los familiares vuelven a sonreír tranquilos, los niños siempre lo hacen pues ni falta que le hacen los dientes para ello.


LA HISTORIA DE YASMINA

Dejo a la niña en el Cole con toda la emoción de empezar segundo de preescolar, todo reluciente, incluso los dientes. Hora de recoger a Yasmina en el Cole, aparece con el labio inflamado, y me dice que se dio un golpe con la mesita. Como cualquier padre miro ansioso para su labio inflamado, y de pronto recuerdo que en la boca están los dientes. Ahora no sé, si como padre o como dentista. La siento en la acera y le exploro la boca, los incisivos centrales tiene alguna movilidad, pero no hay nada más. Pocos comentarios, hay que cuidar tanto los dientes como la psicología de la niña, de manera que observación discreta, nada que pueda inducir miedos o temores en el Cole. Tres semanas después están más fijos, pero comienza a aparecer un color gris pardo. Cuatro meses después casi se ha recuperado el color normal. --¡Qué bueno!

 Queda poco para terminar el semestre, veo con placer la salida de los niños del Colegio, me encantan esas caritas sonrientes con que saludan cuando se les va a recoger. Aparece la portera, y me comunica con algo en la voz que no me gusta, la señorita de Yasmina quiere hablarte, sé por experiencias anteriores que siempre que he recibido este mensaje vinculado con alguna de mis hijas es premonitorio de algo malo (tengo tres, los varones nunca me han dado problemas, no tengo. Entró al aula, y veo a Yasmina con ojos llorosos, sentada en su mesita.

Ahora viene lo estupendo, me comenta su inolvidable, adorable y querida maestra Doña Carlota. (Aveces la veo en el supermercado, y evoco con agradecimiento y admiración que mi hija haya tenido una maestra de 30 años de magisterio) —No te asustes papá, la niña se dio un golpe en la boca con la cabeza de Moisés, conociendo al amigo, no hay dudas que el golpe tiene que ser muy fuerte, la Seño me da varias indicaciones de como proceder con el golpe en el diente, que pacientemente le agradezco, y de paso aprendo, pues de una maestra de 30 años de experiencia, en eso de golpes sobre los dientes, hay siempre mucho que aprender por muy dentista que uno sea.


Y, sabiendo de antemano la respuesta me intereso por la cabeza del compañero.—¡Está como si nada!. Como siempre, el golpe en el mismo diente que la vez anterior (se cumple la profecía del martilleo sobre el más débil). Está vez la movilidad es extrema, y se ha producido bastante desplazamiento.

<Imgsrc ="Brote-diente-permanente-post-perdida-temporal.jpg" width = "220" height "153" border = "0" alt = "Erupción de diente permanente después de corte sobre la encía >
Incisivo temporal inclinado y grisáceo.
Cuando conozco los pormenores del incidente me siento orgulloso de mi hija, pues el cabezazo, lo recibió intermediando en una riña, eso sí como pacificadora. Enhorabuena, tiene los mismos sentimientos que su padre contra cualquier tipo de violencia, aunque eso le cueste un diente. 

La foto muestra los cambios en el incisivo central temporal, se observa gris, desplazado hacia el labio y con mucha movilidad. Seis meses después no hay otra opción que extraerle el diente.


<Imgsrc ="Yas-15 años.jpg" width = "220" height "144" border = "0" alt = "Erupción de los dientes después de corte sobre la encía >
Se puede observar el diente emergiendo.
Tiene cuatro años, todavía deben pasar dos para que llegue la época del brote del sustituto permanente. Vigilo estrechamente durante meses cómo van formándose dos bultitos debajo de la encía, cuando ya está claro que los dientes han pasado el límite óseo, y se encuentra el borde incisal debajo de la mucosa, casi se transparenta el borde incisal, me decido y le hago una incisión en la mucosa para facilitarle la salida.

En la foto (siete años) se ve la erupción del incisivo, seis semanas después de hacer la ventana quirúrgica en la encía.

 Y pasó el tiempo y pasó, y estamos en el parque del Alamillo, somos sevillanos, y como muchos de aquí nos vamos con frecuencia a disfrutar la naturaleza y belleza del mismo, Yas, ostenta ante la hermana más pequeña (Salma) (otra excelente patinadora, aquí puedes ver un video de ella mostrando sus habilidades con los patines, (Salma patinando enel Alamillo) de pronto una colisión con otro niño, —y zaz, aparece sangre en la boca, me corre un frío por la médula, voy hacia ella y compruebo que la sangre es de un corte en el labio con el diente, confirmo con tristeza que se ha fracturado el borde incisal del central permanente que con tanta ilusión hemos esperado durante meses.


<Imgsrc ="Yas-15 años.jpg" width = "220" height "144" border = "0" alt = "Diente normal >
Los dientes de Yas 11 años después.
Me doy consuelo recordando las sabias palabras de mi abuela, cuando me partí un incisivo central permanente en un accidente de bicicleta, y mi madre angustiada de inmediato decretó que no volvería a montarme en una bici. La abuela con su sabiduría, no hay nada más sabio que una abuela, dijo con la autoridad de la experiencia, en su inolvidable y cadencioso acento de hablar del oriente cubano, es mejor que pierda un diente que la niñez, mientras me hacía un guiño escondido de mi madre, yo seguí montando la bici y dándome porrazos...

No tiene Ud. idea cuanta veces he mostrado solidariamente mi diente partido en mi práctica profesional, para calmar a las personas que han entrado súbitamente en el club de los fracturados dentales.

Mientras regresamos a casa observo de soslayo por el retrovisor del coche el labio inflamado de Yas, y su camiseta manchada de sangre.

—Comento como si no hubiera "pasado nada", parece que ya tenemos que cambiar los patines, pues están un poco gastadas las ruedas delanteras, y ella me responde con voz triste, —Papí que haremos con mi diente. —Ahora no sé, pero cómo es posible que al ratón Pérez no le interese un diente partido vamos a tener que arreglarlo, no te preocupes lo pondremos bien guapo, de momento no lo toques con las manos, ni lo muevas, ni lo presiones mordiéndolo contra el labio de abajo, seguro se recupera. Déjalo tranquilo que después del susto que le has dado necesita paz y sosiego. La foto es de la chica del cuento 11 años después.

 —Comento como si no hubiera "pasado nada", parece que ya tenemos que cambiar los patines, pues están un poco gastadas las ruedas delanteras, y ella me responde con voz triste, —Papí que haremos con mi diente. —Ahora no sé, pero cómo es posible que al ratón Pérez no le interese un diente partido vamos a tener que arreglarlo, no te preocupes lo pondremos bien guapo, de momento no lo toques con las manos, ni lo muevas, ni lo presiones mordiéndolo contra el labio de abajo, seguro se recupera. Déjalo tranquilo que después del susto que le has dado necesita paz y sosiego. La foto es de la chica del cuento 11 años después.