Trauma sobre los dientes de mi hija. El día después. Una historia personal.
La fotos 1. Primer golpe sobre los dientes, cuatro semanas después apareció un ligero tono azul gris. Foto 2. Semanas después, y tras varios episodios inflamatorios, no queda otra opción que extraer el incisivo derecho. En la foto se ve el tejido granulomatoso residual a la infección como un bultito rojo. Foto 3. Dos meses después de la extracción se ve la encía gruesa y fibrosa.
Foto 4. Se muda de forma normal el incisivo central
izquierdo, y se hacen evidentes las coronas de los dos incisivos centrales tras
la mucosa como dos bultitos bien definidos. Foto 5. Se observa que el central
izquierdo, que se mudó de forma normal ha erupcionado mientras que el derecho
permanece dentro de la encía. Foto 6. Se realiza la incisión sobre la mucosa,
se observa el borde incisal del diente. |
La mala noticia sobre el trauma sobre los dientes temporales.
Aprender a caminar es uno de los más
tiernos, bellos y complejos actos de aprendizaje a los que se enfrenta un niño.
Desde que se empieza a parar tiene que ir desafiando dificultades y recibiendo
diversos tipos de traumatismos, ese es el peaje para descubrir al mundo que nos
rodea. Dentro de los traumatismos más frecuentes está el de los dientes
superiores debido a que se colocan hacia afuera (sobresalen de 3 a 4 mm de los
inferiores). Los dientes inferiores la pasan mejor, son más listos, y se
esconden detrás de los superiores. Por ello no es raro ver a los niños pequeños
con dientes de leche negros u oscuros. Se estima que alrededor del 30 % de los
niños reciben algún tipo de traumatismo en los incisivos superiores.
Para la etapa de los primeros pasos ya los dientes de leche están listos para encantar a los padres, y recibir los primeros porrazos en casa con los bordes de las cunas, cómodas, mesas de café, juguetes, etc. Luego le toca al Colegio, con las mesitas bajitas de las aulas, las riñas, y los cabezazos de los compañeros, los lápices entre los dientes, etc. Para enfrentar todo esto con lo único que cuenta esa frágil criatura es con la flexibilidad de los huesos recién formados y menos calcificados, que como las ramitas de los árboles muy verdes ceden con el soplo del viento para no quebrarse. Sólo que el canto duro de un mueble se parece poco al aire, y la alternativa de adaptación de la pequeña boca es más complicada que la de la rama verde.
La mayor parte de los traumatismos se compensan con pequeños movimientos en el alvéolo en lugar de fracturarse el dientecito o desplazarse. Lo habitual es que aumente la movilidad del diente en el alvéolo, y unos días después se vuelva a fijar como estaba antes. Pero esto no siempre es así, y muchas veces se producen lesiones del diente, o lo peor del diente y el hueso. El daño puede ser causado por un golpe directo a los dientes, o por el impacto de la mandíbula contra el maxilar cuando el golpe se produce sobre está. Por lo general son pequeños desplazamientos sin consecuencias clínicas importantes, en los casos de traumatismos de mucha energía el aflojamiento o desplazamiento es la lesión más común de los dientes de leche. Aunque claro está hay diferentes tipos de luxaciones y gravedad de las mismas, dentro de ellas la llamada luxación intrusiva, que es el desplazamiento del diente dentro del alvéolo, a veces parece que han desaparecido. Ante cualquiera de estas circunstancias debe acudirse de inmediato al dentista para que realice la evaluación y tratamiento de urgencia.
Siempre hay que esperar que se produzcan los traumatismos a repetición, son como un martillar constante sobre los dientes, que va complicando gradualmente la permanencia de un diente afectado en la boca. Un golpe episódico por regla general se tolera, y supera bien, lo que conduce a la pérdida del dientecito la mayoría de las veces es la reiteración de traumatismos sobre dientes, que ya tienen algún grado de lesión, y esto es casi siempre la regla.
La presunción que los dientes de leche
pueden perderse porque tienen sustitutos es una idea equivocada. Los dientes
temporales deben completar su etapa en la boca, y son importantes desde el
punto de vista de la funcionalidad, la estética inmediata y la dicción de
algunos fonemas. Todo ello nos lleva a la pregunta, de hasta dónde pueden ser
los dientes temporales importantes en las primeras etapas de la vida, y en el
desarrollo de la personalidad. Yo no sé cómo responder esa pregunta, pero el
sentido común me indica que es imperioso el cuidado de los dientes de leche, y
no pueden verse como un objeto sustituible.
Existen diferencias entre las formas de tratar los traumatismos de los dientes de leche y de los permanentes. Por ejemplo, un diente permanente que ha perdido la vitalidad a consecuencia de un trauma debe incluir necesariamente en su tratamiento la endodoncia, o lo más espectacular reinsertarlo en el alvéolo cuando se ha expulsado. Los dientes temporales por lo general no se endodoncian, a lo que más se llega es a limpiar la cámara pulpar, y algo del conducto radicular y colocar un material reabsorbible. Si se desalojan del alvéolo, a diferencia de los permanentes, nunca debe intentarse reinsertarlos entre otras razones, por el riesgo de dañar el folículo del permanente. Si los dientes primarios se pierden antes de tiempo, muchas veces el diente permanente se retrasará en su erupción.
¿Qué hacer ante un traumatismo en un diente de leche?
Si la fractura es mínima y sólo se ha roto
un pedazo de la corona, generalmente, el borde incisal, lo que hay que hacer es
suavizar las aristas y pulir las irregularidades del esmalte. Cuando la
fractura es susceptible de restaurar, y la edad del niño lo permite, se pueden
hacer reconstrucciones con resinas estéticas de los bordes o superficies
deterioradas. Si la fractura implica un área extensa de la corona debe tenerse
en cuenta, que si hay muerte de la pulpa, los procedimientos restaurativos
pueden complicar la situación más que resolverla.
Por lo general después de dos o tres semanas de un traumatismo el diente se pone oscuro, esto no siempre es proporcional a la magnitud del golpe, ni tampoco es un indicativo exacto de la gravedad de la lesión. Semanas después del trauma es posible que se observen signos de recuperación, y no aparezcan más problemas.
Los dientes de leche tienen un amplio foramen apical, por donde entran los vasos sanguíneos, que no siempre son cercenados completamente al moverse la raíz durante los traumatismos, en estos casos es donde se produce la recuperación. El color oscuro indica que el suministro de sangre de la pulpa dental está afectado, y que se han producido micro hemorragias en la cámara pulpar, esta salida de células rojas al romperse los vasos dentro del tejido pulpar libera hemoglobina, la cual provoca los cambio de coloración. No necesariamente se tiene que producir la muerte pulpar, a diferencia de los dientes permanentes donde el cambio de coloración, indica siempre que la pulpa ha muerto y que es necesaria la endodoncia.
En los casos que se presenten episodios sépticos con inflamación y dolor el diente debe ser extraído, tanto para evitar las infecciones a repetición, como para preservar la salud del folículo del permanente que está debajo del temporal. Cuando no se producen nuevos traumatismos los dientes de leche suelen recuperarse después de varias semanas y retornan los colores normales. Se realiza una especie de cicatriz en el interior del diente. Si esto sucede, entonces el diente va bien. Muchas veces el diente no se aclara y se queda oscuro. ¿Qué hacer? Si el diente se ha puesto oscuro y no hay otros signos de infección o lesión, sólo observación. Muchas veces se logra llegar al recambio sin necesidad de extraerlo.
En algunos casos el diente presenta abscesos a repetición debido a la gangrena de la pulpa muerta. Las células de las defensa inflamatoria no pueden entrar en una pulpa carente de vasos sanguíneos. En estos casos hay que hacer la extracción, pues los episodios de infección aguda tienen el peligro potencial de producir émbolos sépticos que pueden alojar bacterias en las válvulas cardíacas, o lesionar la corona del permanente que está debajo.
Ya he dado la mala noticia, ahora voy con la buena.
La pérdida prematura de los dientes de leche anteriores normalmente no causa problemas de mal oclusión, ni trastornos del desarrollo de los maxilares. No es necesario colocar mantenedores de espacio para que no se modifique el espacio de los permanentes. En otras palabras, a largo plazo la pérdida temprana de un molar primario es más grave que la de un incisivo, y en los casos de los molares primarios, si es necesario colocar los mantenedores de espacio para prevenir problemas de mala oclusión dental, y estos molares recordemos se pierden generalmente por caries cuyo control es posible a diferencia de los traumatismos, y pueden evitarse con hábitos correctos de ingestión de dulces, cepillado, aplicación de fluoruros, etc.
Un chupete mantenido más allá de los
primeros meses le hace más daño al desarrollo de los maxilares y la oclusión
dental que la pérdida de los incisivos, y esto sí está en manos de los padres
evitar. Los golpes en los incisivos son parte de la sal de la vida, controlar
el consumo de los dulces pegajosos y los chupetes, en cambio sí es
responsabilidad de los padres. Así de simple es el asunto.
Si varios dientes anteriores se pierden prematuramente, y la apariencia del niño es motivo de preocupación para los padres se pueden colocar prótesis. Pero mucho cuidado con estos procedimientos heroicos porque los niños pequeños suelen ser incapaces de comprender las razones del uso de prótesis, y no van a ponérselas. Afortunadamente, porque es como empezar la infancia con las cosas de los abuelos, y puede ser psicológicamente más traumático colocarle una prótesis que la falta de los dientes.
La complicación más frecuente de la pérdida temprana de los incisivos es la demora en el brote de los permanentes, (sobre todo cuando los familiares están muy ansiosos porque salgan). No sé porque siempre demoran más en erupcionar los incisivos de los niños de las familias que piensan que sus descendientes son los más guapos del mundo, (al menos ese es mi caso) por lo que hay que estar muy vigilantes por si fuera necesaria la intervención profesional. Cuando el dentista comprueba que el diente permanente ha pasado el nivel de la superficie del hueso, puede llevarse a cabo la apertura de un ojal en la mucosa para que el diente emerja más rápidamente.
El asunto es que al perderse el temporal, y cicatrizar la encia se forma una barrera de tejido fibroso sobre la superficie incisal, que a la corona del permanente le resulta muy difícil de perforar. Con el objetivo de liberar el camino para que el diente pueda salir, y ocupar su posición en el arco, el dentista realiza un procedimiento que consiste en la retirada del tejido fibroso, que es algo parecido a realizar un ojal en la mucosa alrededor del borde incisal del diente (operculectomía).
El ojal quirúrgico, upercolectomía, o ulectomía es una maniobra muy simple, que suele ir muy bien. En mi experiencia personal con una incisión mínima es suficiente, (siempre lo hago de esta forma) sin tener que hacer tal ojal. Cuando las bacterias de la flora bucal entran en contacto con el diente se estimulan los mecanismos de erupción, y en cuestión de tres a cuatro semanas, ya hay medio diente enseñando la cara, y los familiares vuelven a sonreír tranquilos, los niños siempre lo hacen pues ni falta que le hacen los dientes para ello.
LA
HISTORIA DE YASMINA
Dejo a la niña en el Cole con toda la
emoción de empezar segundo de preescolar, todo reluciente, incluso los dientes.
Hora de recoger a Yasmina en el Cole, aparece con el labio inflamado, y me dice
que se dio un golpe con la mesita. Como cualquier padre miro ansioso para su
labio inflamado, y de pronto recuerdo que en la boca están los dientes. Ahora
no sé, si como padre o como dentista. La siento en la acera y le exploro la
boca, los incisivos centrales tiene alguna movilidad, pero no hay nada más.
Pocos comentarios, hay que cuidar tanto los dientes como la psicología de la
niña, de manera que observación discreta, nada que pueda inducir miedos o
temores en el Cole. Tres semanas después están más fijos, pero comienza a
aparecer un color gris pardo. Cuatro meses después casi se ha recuperado el
color normal. --¡Qué bueno!
Queda poco para terminar el semestre, veo con placer la salida de los niños del Colegio, me encantan esas caritas sonrientes con que saludan cuando se les va a recoger. Aparece la portera, y me comunica con algo en la voz que no me gusta, la señorita de Yasmina quiere hablarte, sé por experiencias anteriores que siempre que he recibido este mensaje vinculado con alguna de mis hijas es premonitorio de algo malo (tengo tres, los varones nunca me han dado problemas, no tengo. Entró al aula, y veo a Yasmina con ojos llorosos, sentada en su mesita.
Ahora viene lo estupendo, me comenta su inolvidable, adorable y querida maestra Doña Carlota. (Aveces la veo en el supermercado, y evoco con agradecimiento y admiración que mi hija haya tenido una maestra de 30 años de magisterio) —No te asustes papá, la niña se dio un golpe en la boca con la cabeza de Moisés, conociendo al amigo, no hay dudas que el golpe tiene que ser muy fuerte, la Seño me da varias indicaciones de como proceder con el golpe en el diente, que pacientemente le agradezco, y de paso aprendo, pues de una maestra de 30 años de experiencia, en eso de golpes sobre los dientes, hay siempre mucho que aprender por muy dentista que uno sea.
Y, sabiendo de antemano
la respuesta me intereso por la cabeza del compañero.—¡Está como si
nada!. Como siempre, el golpe en el mismo diente que la vez anterior (se
cumple la profecía del martilleo sobre el más débil). Está vez la movilidad es
extrema, y se ha producido bastante desplazamiento.
Incisivo temporal inclinado y grisáceo. |
Se puede observar el diente emergiendo. |
Y pasó el tiempo y pasó, y estamos en el parque del Alamillo, somos sevillanos, y como muchos de aquí nos vamos con frecuencia a disfrutar la naturaleza y belleza del mismo, Yas, ostenta ante la hermana más pequeña (Salma) (otra excelente patinadora, aquí puedes ver un video de ella mostrando sus habilidades con los patines, (Salma patinando enel Alamillo) de pronto una colisión con otro niño, —y zaz, aparece sangre en la boca, me corre un frío por la médula, voy hacia ella y compruebo que la sangre es de un corte en el labio con el diente, confirmo con tristeza que se ha fracturado el borde incisal del central permanente que con tanta ilusión hemos esperado durante meses.
Los dientes de Yas 11 años después. |
—Comento como si no hubiera "pasado nada", parece que ya tenemos que cambiar los patines, pues están un poco gastadas las ruedas delanteras, y ella me responde con voz triste, —Papí que haremos con mi diente. —Ahora no sé, pero cómo es posible que al ratón Pérez no le interese un diente partido vamos a tener que arreglarlo, no te preocupes lo pondremos bien guapo, de momento no lo toques con las manos, ni lo muevas, ni lo presiones mordiéndolo contra el labio de abajo, seguro se recupera. Déjalo tranquilo que después del susto que le has dado necesita paz y sosiego. La foto es de la chica del cuento 11 años después.
—Comento como si no hubiera "pasado nada", parece que ya tenemos que cambiar los patines, pues están un poco gastadas las ruedas delanteras, y ella me responde con voz triste, —Papí que haremos con mi diente. —Ahora no sé, pero cómo es posible que al ratón Pérez no le interese un diente partido vamos a tener que arreglarlo, no te preocupes lo pondremos bien guapo, de momento no lo toques con las manos, ni lo muevas, ni lo presiones mordiéndolo contra el labio de abajo, seguro se recupera. Déjalo tranquilo que después del susto que le has dado necesita paz y sosiego. La foto es de la chica del cuento 11 años después.